viernes, 19 de noviembre de 2010

Diez lugares insólitos para hacer el amor





¿Te gustaría romper con la rutina sexual? Hacer el amor en lugares insólitos forma parte de la fantasía de muchos. La transgresión, la perversión, el exhibicionismo y la originalidad te permitirán adoptar un sinfín de juegos picarones.¡Descubre los 10 mejores lugares en los que hacer realidad tus fantasías!



© Jupiter


Atención, conjugar transgresión y placer haciendo el amor en sitios públicos puede depararte sorpresas, por ejemplo si os descubre la policía. Vuestros retozos podrían calificar de exhibicionismo, un delito penado con multas económicas y hasta carcelarias. Qué buena manera de enfriar los momentos ardientes…

La oficina
Recobra el placer de trabajar…

¿Estás rodeada de colegas encantadores? El trabajo es un lugar de encuentro y acercamiento. A veces, el ligoteo sutil puede desembocar en oportunidades… Y es que qué buena sensación la de poder conferirle al mundo laboral un poco de erotismo. Intercambio de miradas, correos electrónicos, post-it… ¡Pero cuidado de no mezclar demasiado las relaciones profesionales con las personales!

El coche
Escalera al cielo

Además de ser un medio de transporte, el coche puede convertirse en un lugar donde concretar muchas fantasías eróticas. La omnipresencia del sexo en las publicidades de automóviles así lo demuestra. Para alegrarte el trayecto cotidiano, atrévete a vivir alguna que otra experiencia motorizada. Para tu seguridad, aparca el coche para evitar que termine en la cuneta o que los radares saquen fotos comprometedoras… El coche podrá llevarte al borde del mar, al campo o a un parking desértico.

Al aire libre
Lejos de la jungla de asfalto, muchas fantasías suelen tener un lado bucólico. Esto es cierto para muchos hombres, que en diferentes sondeos han admitido fantasear con hacer el amor al aire libre. Pero las mujeres, ¿se animarían? ¿Podrías soportar el cosquilleo de la arena de la playa o los pinchazos del heno de un granero? Por supuesto, ¡qué mejor que un fin de semana en el campo para que los retozos recobren el verdor de antaño!

Desnudos bajo las estrellas, en plena comunión con las fuerzas más elementales, ¡di que sí al amor carnal cien por cien bío!


Los baños del avión
¿El mejor lugar para “volar”?

Los baños de los aviones forman parte de las fantasías eróticas de muchas personas. Y es que, ¿qué mejor lugar para llegar al séptimo cielo? Pero las cosas como son: estos sitios se caracterizan por su estrechez y su falta de intimidad. De modo que los amantes deberán ejercer sus habilidades contorsionistas y, una vez fuera, poner la mejor cara de póker ante las miradas envidiosas o indignadas de una buena parte de los pasajeros. Para mayor comodidad, se recomienda a los amantes usar los baños del tren, ¡algo más espaciosos y discretos!

El tren
Los viajes en tren no tienen por qué ser siempre monótonos. Instalada en tu compartimento, te encuentras en compañía de un pasajero encantador. Sin que nadie más se dé cuenta, vuestras miradas se hacen cada más intensas e insistentes. Aunque las palabras no lleguen a romper el silencio del vagón, una verdadera complicidad se establece entre vosotros. Un guiño de ojos te invita a que le sigas. Buscáis un vagón desértico o algún rincón en el que la complicidad pueda convertirse en intimidad… A partir de ese momento sólo una cosa es cierta: ¡tus sentidos estarán a punto de descarrilar!

El ascensor
Cuando el ascensor agudiza los sentidos

Eres la última en salir de la oficina. Pero, extrañamente, el ascensor que llega a tu planta no viene vacío. Intercambio de miradas cómplices, acercamientos íntimos… Estos ascensos y descensos pueden depararte algunas sorpresas inolvidables. Pero a menos que trabajes en un rascacielos, el lugar tiene un inconveniente importante: ¡hay que darse prisa! La sensación de ser interrumpidos en cualquier instante multiplica la excitación y si el ascensor tiene una pared de vidrio, ¡aún mejor!

La piscina
Love story en la piscina

Los retozos acuáticos son más fáciles en una piscina privada, pero los más valientes intentarán rehuir del monitor de natación sin despertar sospechas. Sin embargo, para disfrutar el momento plenamente es mejor tomar algunas precauciones: asegúrate de que la temperatura del agua esté lo suficientemente caliente para evitar enfriar la pasión, utiliza un bikini para que la intimidad sea mayor y asegúrate de que ninguno de los dos es alérgico al cloro…

Pero ¿y por qué no optar por el mar y revolcarse al ritmo de las olas…?

¡Ponle un poco de sal (marina) a tu vida sexual!

El cine
Estrella por un día

Si privilegiamos los aspectos prácticos, conviene precisar que un cine poco frecuentado es preferible a uno que acoja el estreno de, digamos, el último episodio de El Señor de los Anillos… Pero si aún así quieres exteriorizar tus necesidades exhibicionistas, elige la primera sesión de la tarde. A menos que te encuentres en un cine especializado te será difícil concretar, carnalmente hablando, la excitación del momento.

Asegúrate de fingir bien para no despertar las sospechas de los espectadores. Tu talento como actriz se verá expuesto a una rigurosa prueba, pero ¿qué mejor situación para combinar el séptimo arte y el séptimo cielo?

Una habitación de hotel
Lugar privilegiado de los amores prohibidos, la habitación de un hotel permite romper la rutina. Estos espacios anónimos te permitirán darle a tus encuentros amorosos una faceta ilícita. Si prefieres que el escenario sea más elaborado, ¿por qué no elegir un hotel kitsch o uno con decoración oriental? Dale cita este mismo mediodía. Será una sorpresa que no podrá rechazar.

Los probadores
Jugueteo en el departamento de lencería

¿Tu chico te ha acompañado a hacer compras durante las rebajas? Después de la décima tienda su paciencia se agota… ¿Por qué no recompensarle con un desfile improvisado en el probador del departamento de lencería? Tendría que ser de hielo para no querer ver lo que se esconde detrás de la puerta abierta del probador. Por supuesto que corres el riesgo de que os sorprenda la vendedora (a menos que la cabina se cierre con traba) o de que os pongan una multa. Pero el gusto de la transgresión, ¿no hará de ti una amante fuera de la ley?

L. Blanchot

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