martes, 16 de febrero de 2010


Por Stuart Grudgings y Ana Nicolaci da CostaRIO DE JANEIRO (Reuters) - Una llorosa reina de Carnaval de apenas 7 años lideró a los percusionistas en el Sambódromo de Rio de Janeiro el domingo, en un estado a ratos afligido que posiblemente se sumará a la controversia sobre si una menor debería jugar un rol de tan fuerte carga sexual.


Julia Lira emergió parpadeando frente a las luces brillantes y los ensordecedores fuegos artificiales del Sambódromo, y pronto comenzó a llorar a medida que los fotógrafos y periodistas formaban un enjambre en torno a ella antes de que su grupo de samba comenzara su desfile
Usando un vestido púrpura corto, una pechara con lentejuelas y una diadema plateada, Lira permaneció en silencio ante las preguntas de la prensa y entonces, claramente afligida, debió ser reconfortada por su padre y otros artistas cuando comenzó a llorar.


No quedó claro hasta que punto Lira, la reina más joven que se recuerde de un grupo de tambores, completó el agotador desfile que dura unos 90 minutos, aunque su padre contó después que la niña cubrió todo el trayecto.


"Lloró porque había un montón de gente encima de ella" dijo el padre de la niña, Marco Lira, que es también presidente de la scola do samba Viradouro.


La elección de una niña de tercer grado para un lugar usualmente ocupado por modelos con tacones o estrellas de teleseries ha iniciado un acalorado debate dentro y fuera de Brasil sobre el rol de los niños en una fiesta anual que simboliza el hedonismo.


El debate aún seguía el domingo en momentos en que el Carnaval comenzaba en plenitud con los primeros desfiles de las escuelas de samba, observados por miles de seguidores y celebridades incluyendo la cantante estadounidense Madonna.


"Me opongo, ella es demasiado joven. Una niña de siete años no debería estar frente al grupo de tambores", dijo Luiz Paulo, de 22 años, luciendo un tocado de plumas mientras se preparaba para desfilar.


La pequeña Lira obtuvo la semana pasada el permiso para desfilar de parte de un juez, luego de que una agencia de protección de menores trató de impedir que participara por la preocupación de que una niña interprete un rol sexual
EXTASIS SUDOROSO


Las reinas de tambores, escogidas por su aspecto y habilidades para sambar, bailan sin parar frente a cientos de tamborileros, vistiendo nada más que un diminuto biquini, un tocado emplumado y tacos altos.


Pero muchos fanáticos del Carnaval dicen que los niños han jugado tradicionalmente un rol importante en la fiesta y que la sexualización de las reinas es un fenómeno reciente.


"La reina de tambores no es necesariamente un rol sexual", dijo Carlos Alberto, un percusionista de Viradouro de 25 años.


"Cada scola tienen el derecho a innovar y poner al artista de su elección a la cabeza del grupo, sea una mujer con un cuerpo hermoso o una niña inocente y maravillosa", agregó.


Algunos podrían sostener que Lira no fue la estrella más joven en el espectáculo del domingo.


La reina de tambores Adriane Galisteu bailó por la escuela Unidos da Tijuca con un embarazo de cuatro meses, luego de conocer su estado semanas antes del Carnaval y de recibir la autorización médica para desfilar.


"Me siento dos veces emocionada. Siempre pensé que desfilaría embarazada y ahora llegó mi turno", dijo la presentadora de televisión -que se rumorea tiene una colección de más de 1.000 biquinis- a Reuters mientras exhibía su tonificada figura para las cámaras.

Los desfiles del domingo, tras días de fiestas callejeras subidas de tono, incluyeron un carro alegórico en honor al fallecido Michael Jackson, un caballo de madera gigante, hordas de antiguos egipcios y un tributo a la capital del país, Brasilia
Una sofocante ola de calor que afecta a Río garantizó que quienes desfilaban no tuvieran una labor fácil y de manera constante se dedicaron a pedir botellas de agua. No obstante, concluyeron el recorrido en un estado de éxtasis que los veteranos del Sambódromo dicen debe sentirse para creerlo.

"Es realmente loco y una emoción muy fuerte. No puedo explicarlo, simplemente debes hacerlo", dijo Militar Junior de Oliveira, de 41 años, que finalizó el desfile bañado en sudor.

(Editado en español por Hernán García)

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